Ya no dolía nada.
Ya todo era libertad…
Tenerlo era no tenerlo y eso estaba bien
Si él estaba bien..
Ella tendría que estarlo también.
Pero no toleraría que alguien se jactara de tenerlo.
Si no era suyo, no sería de nadie.
Eso era un hecho
Lo sabía.
Lo sabía porque cada vez que se insinuaba algo sobre él y
alguien mas, su alma se destrozaba en millones de partículas de amor… su
corazón se emparchaba con suspiros y trataba de retener cualquier lágrima que
quisiera escapar, trataba de no escuchar ningún nombre o descripción de lo que
podía ser una presa: una mujer muerta por su ira de leona, de bestia
defendiendo su territorio…
Así, reprimiendo su debilidad por él, se enteraba de lo que
podría ser capaz, de que en realidad no era una persona débil, sino un animal
que en el momento indicado podía, lleno de ira, atacar y matar cualquier cosa
que suponga una amenaza a su ser…
Otra cosa por la que lo amaba, pensó.
-Me hace fuerte…
Podría ser una bestia.
Podría tener tanto poder si lo necesitara…
Podía amar tanto! Entonces también podía matar…
Sólo es cuestión de hacia dónde dirigía su sentir…
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