sábado, 18 de agosto de 2012

el silencio


Puede que el silencio sólo sea posible cuando
 hay comprensión de todo…
Cuando el estado de paz es tal que no hay dudas de la vida,
De la existencia…
Ahora bien, el mar…
el mar no es silencioso,
ni calmo…
Tan lleno de vida,
Enorme parte de este mundo,
De esta naturaleza…
No es lógico que el sonido sea parte
De este mundo?
Existe en verdad esta ausencia de sonido
A la que llamamos silencio?
Y si existe, esta vivo?

1 comentario:

  1. El canto de la miel

    La miel es la palabra de Cristo,
    el oro derretido de su amor.
    El más allá del néctar,
    la momia de la luz del paraíso.

    La colmena es una estrella casta,
    pozo de ámbar que alimenta el ritmo
    de las abejas. Seno de los campos
    tembloroso de aromas y zumbidos.

    La miel es la epopeya del amor,
    la materialidad de lo infinito.
    Alma y sangre doliente de las flores
    condensada a través de otro espíritu.

    (Así la miel del hombre es la poesía
    que mana de su pecho dolorido,
    de un panal con la cera del recuerdo
    formado por la abeja de lo íntimo)

    La miel es la bucólica lejana
    del pastor, la dulzaina y el olivo,
    hermana de la leche y las bellotas,
    reinas supremas del dorado siglo.

    La miel es como el sol de la mañana,
    tiene toda la gracia del estío
    y la frescura vieja del otoño.
    Es la hoja marchita y es el trigo.

    ¡Oh divino licor de la humildad,
    sereno como un verso primitivo!

    La armonía hecha carne tú eres,
    el resumen genial de lo lírico.
    En ti duerme la melancolía,
    el secreto del beso y del grito.

    Dulcísima. Dulce. Este es tu adjetivo.
    Dulce como los vientres de las hembras.
    Dulce como los ojos de los niños.
    Dulce como las sombras de la noche.
    Dulce como una voz. O como un lirio.

    Para el que lleva la pena y la lira,
    eres sol que ilumina el camino.
    Equivales a todas las bellezas,
    al color, a la luz, a los sonidos.

    ¡Oh! Divino licor de la esperanza,
    donde a la perfección del equilibrio
    llegan alma y materia en unidad
    como en la hostia cuerpo y luz de Cristo.

    Y el alma superior es de las flores,
    ¡Oh licor que esas almas has unido!
    El que te gusta no sabe que traga
    un resumen dorado del lirismo.


    F. García Lorca


    ^^ lo leí y me acordé automáticamente de usted, señorita =)

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